Según el filósofo William James “El principio más profundo de las personas es el deseo de ser apreciado”. Por muy obvio que esto parezca, muchas veces las personas no tienen es cuenta este principio y los líderes no lo aplican en sus equipos de trabajo.
Motivar a las personas ¿por qué no se aplica?
Hay muchas razones por las cuales generalmente no se aplica: celos, falsa hombría, temor a recibir demandas luego del elogio, etc.
La forma de pensar es incorrecta. Las personas tenemos un deseo innato de atención y reconocimiento para nosotros mismos y para el trabajo que desempeñamos. Hay muchas personas que valoran esto más que al reconocimiento del dinero. Se pueden conseguir mejores resultados elogiando excesivamente que ignorando completamente.
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Cuando tenemos una buena idea o un buen trabajo queremos que nos reconozcan y que se difunda quién es el autor o quién realizó el trabajo.
Este es el principio fundamental por el cual se motiva a la persona. Cuando la persona sabe que será reconocido hará todo lo posible para superarse. Este es el método más eficaz para ganarse el respeto y la lealtad del empleado.
Un elogio en un momento oportuno, aunque sea una pequeña palmada en el hombro, puede ser más efectivo que una serie de charlas en busca de algún fin determinado.
El elogio tiene un efecto multiplicador de resultado ilimitado.
Fuente: El Supervisor – Consejo Interamericano de Seguridad.
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