Descubre en el artículo de La Nación cómo evitar este peligro y cuidar tu mente para una vida plena
En resumen, el artículo habla sobre cómo el hábito cotidiano de postergar las tareas importantes y realizar primero las más sencillas y placenteras puede tener efectos negativos en la salud mental y el rendimiento cognitivo a largo plazo.
Se mencionan estudios que muestran que la procrastinación está asociada con niveles más altos de estrés, ansiedad, depresión y peor calidad de vida. Además, la procrastinación crónica puede afectar la estructura y función del cerebro, especialmente en las áreas relacionadas con el autocontrol y la toma de decisiones.
Por último, se ofrecen algunos consejos para superar la procrastinación y mejorar la productividad.
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Un ejemplo práctico de procrastinación podría ser una persona que tiene que escribir un ensayo importante para su clase universitaria. En lugar de comenzar a trabajar en el ensayo de inmediato, la persona decide revisar su correo electrónico, mirar su cuenta de redes sociales, ver algunos videos en línea, y quizás incluso limpiar su habitación antes de sentarse a escribir.
La persona puede decirse a sí misma que está «preparándose» para el trabajo, pero en realidad está posponiendo el trabajo real. Eventualmente, la persona se da cuenta de que se ha pasado toda la tarde haciendo otras cosas en lugar de escribir el ensayo, y ahora es demasiado tarde para comenzar.
Como resultado, se queda despierta toda la noche para terminar el ensayo a tiempo, y entrega un trabajo de calidad inferior debido a la falta de tiempo y energía.
Este es un ejemplo común de posponer una tarea importante y necesaria en lugar de hacerla de inmediato. A menudo, la procrastinación puede llevar a una mayor ansiedad, estrés y presión en el futuro