“No todo lo que reluce es oro”. Por qué pintar puede dañar la salud. Qué hacer para evitarlo?
La piel cubre todo nuestro cuerpo. Es un órgano muy sensitivo que actúa como “barrera” al ingreso de bacterias o virus que pueden afectar la salud. Esa barrera se puede dañar con facilidad y, si esto ocurre, deja expuestas partes internas de nuestro cuerpo al ingreso de todas esas sustancias extrañas.
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Hay muchas causas por la que la piel se puede dañar, pero una a la que normalmente no se le da la importancia que tiene es por la exposición a las pinturas.
Las pinturas modernas contienen una o más sustancias que pueden ser nocivas para la salud, tales como solventes, resinas, pigmentos y otros.
Todos los solventes orgánicos pueden afectar la piel a través de un contacto directo.
También pueden afectar al sistema nervioso central si se inhalan los vapores y neblinas.
Y también pueden provocar síntomas de mareos, reducción de la coordinación motora y daños en riñones y pulmones e hígado.
Los aditivos y químicos peligrosos que contienen las pinturas pueden ingresar al organismo de varias formas: se pueden tragar, inhalar o penetrar por la piel. La forma más común y peligrosa es la inhalación de los vapores de solventes.
Este es uno de los métodos más frecuentes de aplicar la pintura. Por el propio sistema la pintura se pulveriza, y éste un peligro extra porque aumenta los vapores y la posibilidad que ante un accidente se inyecte en la piel.
Aquí algunas recomendaciones para reducir la posibilidad de un accidente o enfermedad con pinturas:
Una vez terminada la tarea de pintar hay que lavarse inmediatamente, pero … ¿con qué? Muchos cometen el error de lavarse con solventes, esto es tan peligroso o más que inhalar los vapores. Hay jabones especiales que se utilizan para este fin que además de limpiar la piel la protegen de la sequedad y el resquebrajamiento.
Fuente: El Supervisor