En unas pocas semanas Barcelona estrenará uno de los puentes más sofisticados y sostenibles de la ciudad condal. Y es que el mítico puente de Sarajevo, situado a escasos metros de la Avenida Diagonal, se convertirá en una estructura capaz de reducir los niveles de contaminación de la ciudad.
Se trata de una iniciativa puesta en marcha por el estudio de arquitectura “BCQ Barcelona”, y que tiene como objetivo mitigar la polución ambiental típica de las ciudades a través de una serie de materiales específicos destinados a tal fin.
Una tecnología ecosostenible que convertirá el puente en una zona verde urbana más y que funcionará de una manera similar a como lo haría una planta común durante la fotosíntesis, en el sentido de que absorberá el CO2 y lo transformará en aire limpio que será devuelto a la atmósfera.
Para que esta reacción se produzca se añade al hormigón un aditivo que lo convierte en un material fotocatalítico capaz de absorber las radiaciones ultravioleta del sol para que las sustancias contaminantes producidas por la actividad humana se conviertan en elementos inocuos. Esto lo hace un poco más caro de lo normal pero resulta más beneficioso para el medio ambiente a largo plazo a través de la depuración continuada del aire.
Algo que también puede redundar en un aumento de la eficiencia energética, de la seguridad y de la funcionalidad de las infraestructuras urbanas. Un hito que favorecerá la experiencia de los conductores y peatones a la vez que sentará un precedente en materia de innovación y sostenibilidad.
Lo cierto es que esta innovación ya ha sido probada con éxito en la sede de Air France, en el aeropuerto parisino de Charles de Gaulle, y ya están probando su utilidad para el desarrollo de vidrios y baldosas que también tengan la capacidad de realizar reacciones de fotocatálisis.
Fuente: Borja Ramos para www.innovaspain.com